Las cámaras térmicas se han convertido en una herramienta importante para vigilar activos críticos y mantener el conocimiento de la situación. La termografía ayuda a los operadores a detectar y rastrear personas y vehículos a grandes distancias, incluso en plena noche o cuando llueve, todo ello sin perturbar la actividad humana a su alrededor con luces brillantes o sonidos fuertes. Gracias a sus capacidades de aprendizaje profundo, las cámaras térmicas pueden detectar intrusos con un mayor grado de precisión mediante el reconocimiento de distintos elementos, como armas o sustancias químicas peligrosas.